Men Don't Cry
Los conflictos armados en la década de los noventa no solamente destruyeron visiblemente la tierra de la antigua Yugoslavia, sino que dejaron heridas muy profundas en la memoria de cada una de sus beligerantes naciones. En cada uno de los países afectados se han forjado distintas interpretaciones de este desalentador pasado. Por ello es difícil esperar armonía absoluta cuando, a menos de dos décadas del fin de la guerra, un grupo diverso de veteranos se reúne en un remoto hotel de montaña para una sesión de terapia de varios días. Por el contrario, esta situación tan peligrosamente volátil puede arder por una sola palabra desconsiderada, o una mala mirada. Esto porque los exsoldados, arraigados obstinadamente a sus masculinidades y a sus prejuicios, se rehúsan a exponer la inhumanidad de las atrocidades que perpetradas, ya sea por ellos mismos o por otros.