Axolotl Overkill
Mifi tiene dieciséis años, aparenta tener doce, se comporta como si tuviera treinta y cinco, y ha vivido con sus medios hermanos en un apartamento compartido en Berlín desde que murió su madre. Su padre considera que el terrorismo es una carrera contemporánea, y está más interesado en el arte que en la gente. Con estos antecedentes, ir a la escuela tiene menos sentido que vivir la vida entre fiestas, drogas, amoríos y polémicas de sobremesa. Ella es salvaje, triste y sensible, y está enamorada. Los adultos que conoce, por el contrario, son una sola cosa: personas desesperadas, ya sea porque el mundo está a punto de derrumbarse, o porque no saben cómo vestirse. Mifi tiene que crecer por su cuenta, de una u otra manera.