“Para llegar a hacer cine, me parece importante cuidar bien todos los pasos del proceso”
Gudula Meinzolt fue invitada por Industria CRFIC a integrar el jurado de los premios de las categorías Foro de presentación de proyecto y Cine en posproducción.
En el marco de su participación, el CRFIC conversó con Meinzolt por casi media hora, rato en que la gestora cultural destacó la importancia de la sección Industria para promover el intercambio, la investigación, la retroalimentación y la formación de cineastas y productores centroamericanos, así como la posilidad de constribuir con premios al desarrollo y la posproducción de proyectos cinematográficos regionales.
Meinzolt ha tenido formación y es activa en gestión cultural y cine en áreas como investigación, promoción, organización de festivales (Berlinale, Haus der Kulturen der Welt, Film Forum Freiburg, etcétera), distribución (Basis Film Verleih, Alemania), exposición (Kommunales Kino Freiburg, Alemania) y co-producción. Estancias largas en América Latina y África reforzaron su interés y su compromiso por la diversidad cultural y el intercambio cultural.
Desde 2004 Gudula trabaja en la coproducción (ejecutiva) y distribución con las productoras Mil Colores Media y Autentika Films. Con Autentika Films ha coproducido unos 18 largometrajes latinoamericanos, muchos con apoyos del World Cinema Fund de la Berlinale en Alemania.
Ha sido invitada como jurado por festivales e instituciones financieras en Colombia, Chile, España, Italia, Austria, Rumania y China, y como consultora para el desarrollo y la posproducción de proyectos en Cuba, Doha y China. Enseña Pitching en la Escuela Superior de Cine y TV de Munich, y producción y distribución de impacto en Suiza.
Participa activamente en eventos de industria y mercados de coproducción en Berlín, Locarno, Leipzig, Ámsterdam, Jihlava y Copenhague. Es alumna de Eurodoc, EAVE, Instituto Erich Pommer (EPI) y otros.
Desde 2010 colabora como consultora internacional con Brasil CineMundi, el encuentro internacional de coproducción en el Festival Internacional de Cine Mostra CineBH, Belo Horizonte, Brasil. De 2010 a 2020 fue jefa de Industria en el Festival Internacional de Cine "Visions du Réel" en Suiza, donde aún colabora como consultora de Industria.
En la actualidad se especializa en consultoría, distribución de impacto y diseño de audiencia, además de trabajar como consultora ecológica para la sostenibilidad en el mundo del cine.
Participó como jurado de Industria CRFIC
Sí, porque conocí a María Fernanda Carvajal (directora de Industria CRFIC) el año pasado, al invitarme a un seminario de producción con proyectos de varios países de América del Sur y, entre otros, de Costa Rica. Fue una alegría grande conocer y poder compartir con jóvenes de Costa Rica y sus películas. Estoy desde hace muchos años conectada a América Latina y a la producción audiovisual.
¿Qué le parece la pertinencia de una sección como Industria CRFIC? Hay muchos proyectos parecidos en distintas organizaciones e instituciones en todas partes del mundo, que ofrecen fondos, entrenamiento, capacitación, talleres, etc.
Me parece muy importante como un foro, antes que nada, de intercambio, que sirve para conocerse, para retroalimentarse. El cine es un trabajo de equipo y es muy importante también la solidaridad. Yo creo mucho en el intercambio y para llegar a hacer cine, me parece importante cuidar bien todos los pasos, que comienzan con tener una idea, investigar, desarrollar una visión de lo que quiero hacer, y eso a veces es muy difícil, toma tiempo. Es importante tomarse ese tiempo, intercambiar y aprender, porque el proceso no es hacer tres películas y ya sé cómo se hace -aunque por supuesto ayuda-. Tengo mi red, tengo gente a quien recurrir para preguntar. Igual cada proyecto es un proyecto único, especialmente cuando hablamos de proyectos autoriales. Me parece muy importante seguir todos esos pasos, prepararse y desarrollar un proyecto. Después hay muchos caminos, hay experiencias, diferentes mercados. Yo trabajo desde hace casi 20 años en eso; he sido jefa del mercado en varias oportunidades en Europa, Alemania y en Suiza, y he viajado mucho. Por eso sé cuán importante es este espacio. Es importante, por ejemplo, retratar a los protagonistas de nuestras películas con respeto, especialmente cuando hablamos con comunidades originarias. Ahora es imposible llegar y exigir: usted póngase delante de mí para grabarlo.
Es inaceptable un abordaje colonialista.
También de parte de los europeos, para quienes debe ser importante ver y respetar el punto de vista del otro; eso en todo los momentos del proceso audiovisual: en el desarrollo, en la producción, en la posproducción, la circulación. Es como una terapia para llegar a un buen final.
Industria CRFIC se ha convertido en un semillero, en un apoyo para el sector cinematográfico y audiovisual costarricense y centroamericano. Existe un vértigo de llevar adelante un proyecto, y la página en blanco no es solo creativa, también es económica, social, política.
Claro, por eso también, por ejemplo, creo que la función de la productora, del productor, es muy muy importante, porque puede ser realmente un socio, una socia, de la realizadora, del realizador, alguien que acompaña, que crítica. Eso lo están logrando también acá, pues hay muy buenos productores. Es un paso adelante que tiene que ver con fondos para los países centroamericanos que son muy importantes para desarrollar proyectos y realizar investigaciones. Hemos visto que es importante que el cineasta tenga acompañamiento de la parte de producción para que no tenga que hacer todo solito, porque es un trabajo en equipo, complicado y caro. No solo es el financiamiento, sino saber a quién contactar, saber convencer, saber presentar la película de una manera que tenga respuesta, resonancia; todo esto es muy importante para la industria nacional, para que pueda crecer, para que los cineastas puedan hacer películas que resuenen en el país. La cultura centroamericana poco a poco está cobrando importancia a nivel internacional. Hace un par de años no se conocían casi películas de la región. El primer fondo fue Cinergia, hace años, generó algo de esto con las primeras películas centroamericanas. Es importante tener la voluntad política de invertir en el cine nacional y regional. Los países que han tenido una política cultural como Colombia y Chile, han posicionado el cine de sus países a nivel internacional y eso es lo que esperamos de Centroamérica; para eso se necesitan fondos, se necesita tiempo para poder desarrollar un proyecto porque es una inversión.
Existe esta idea equivocada de que el cine es el de Hollywood, ese de la gran industria, de los grandes mercados. Sin embargo, existen otros tipos de cine que cohabitan en un ecosistema que tendría que equilibrarse.
Es un caso muy especial el cine de Estados Unidos que mejor dejamos de lado. Para mí el cine es arte hecho por gente que quiere investigar a fondo, que mira desde otro punto de vista, que cuenta con sinceridad, con autocuestionamiento y con una visión artística. A través de una película podemos aprender mucho, podemos viajar en la mente, podemos encontrarnos con gente, podemos aprender a respetar a las otras personas, a cambiar el punto de vista, cambiar la perspectiva. Al final es muy importante para la democracia tener cine autorial.
El cine conjuga arte, industria y negocio. Lo que genera económicamente impacta al Producto interno bruto (PIB) y fomenta encadenamientos productivos.
Se han hecho muchos estudios que confirman que el cine apoya la economía, es decir, rinde mucho más de lo que cuesta. Sin embargo, hoy en día, no es fácil comunicarse con el público. Tenemos las plataformas en donde pensamos que podemos ver todo, pero no es así. Es muy difícil hacer una buena película y distribuirla, llevarla al público de Netflix u otras plataformas. Esas películas más sinceras son las que vemos acá en el Festival. Las películas importantes de Centroamérica tampoco están en las plataformas. Hay nuevas ideas, más refinadas, interés en crear impacto en mayores audiencias, abrir espacios no solo en los cines o en la casa, sino en comunidades donde las películas pueden servir para discutir, para reconocerse, para intercambiar.
Eso nos lleva al tema de la distribución, que es la piedra en el zapato y un tema recurrente no resuelto.
Se hacen muchas películas que van a algunos festivales, algunas se distribuyen en dos o tres países y son vistas por mil o dos mil personas, y un poco más cuando tienes suerte en la televisión pública. Pero igual es un enigma y creo lógico trabajar mucho más en promover y financiar la distribución. Hay que pensar en cómo llegar, con qué mensajes, a qué público y dónde y a través de qué medios, no solo en los cines, sino también en casa y en las comunidades.
El cine como arte es un motor de cambio y un medio para la toma de conciencia personal y social.
Estar en conexión con el arte es importante para el alma. Creo que uno de los retos de las personas que trabajan en el festival y específicamente quienes organizan la sección Industria CRFIC es que busquen nuevas ideas para el diseño de audiencia, del impacto de la películas. Hemos subestimado la fuerza del arte cinematográfico, en la cual vale la pena invertir, invertir e invertir.