Matteo Garrone

Filmó en 1996 su primer cortometraje, Silhouette, donde fusiona sus dos grandes pasiones: el cine y la pintura. A finales de ese mismo año se presenta la ocasión de dirigir su primer largo, Terra di mezzo, con la que logra una distinción en el Festival de cine joven de Turín. En 2002 logra su primer gran éxito de crítica y público con L’imbalsamatore, por el que logra una candidatura al David de Donatello como mejor director. La consagración internacional, no obstante, se demora hasta 2008, el año de Gomorra, Gran Premio del Jurado en Cannes y David de Donatello a mejor director y película. Garrone se consagra así entre los grandes del cine europeo, estatus que defiende exitosamente con sus siguientes proyectos, Reality, Dogman (con las que vuelve a triunfar en el festival de Cannes) y El cuento de los cuentos.