EL LADRÓN DE PERROS
Martín es un lustrabotas que trabaja en las calles de La Paz, Bolivia. Desde hace un tiempo, Gladys, una vieja amiga de la difunta madre de Martín, les ha dado refugio a él y a su amiga Sombras en una pequeña habitación debajo de las escaleras de una vieja casona donde trabaja como empleada doméstica para una familia adinerada y una señora solitaria con Alzheimer. Movido por su imaginación y los comentarios de Gladys, el lustrabotas comienza a sospechar que uno de sus mejores clientes es su padre. El señor Novoa es un sastre solitario cuyo único vínculo emocional es Astor, un hermoso pastor alemán al que cuida como a un hijo. Martín convence a su amigo Sombras para que le ayude a robar el perro del sastre para poder manipular y acercarse a este hombre. Novoa, desesperado por la pérdida de su perro, ofrece recompensa a quien lo encuentre. Martín se acerca a Novoa y le ofrece su ayuda para colgar carteles de recompensa a cambio de dinero.