• “Nuestras madres” se alza con el premio a Mejor largometraje de Centroamérica y El Caribe. 
  • “Ceniza negra” gana el premio a Mejor largometraje costarricense. 
  • “Marea alta” recibe el premio a Mejor cortometraje nacional.  
  • Las películas reciben 7 millones de colones en incentivos. 
     

San José, Costa Rica, viernes 9 de octubre de 2020 – La octava edición del Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC) anuncia las películas premiadas de la Competencia centroamericana y caribeña de largometraje y de la Competencia nacional de cortometraje, tras una evaluación que se realizó en modalidad virtual debido a las restricciones de movilidad provocadas por la pandemia del COVID-19.

El jurado decidió otorgar el premio a Mejor largometraje de Centroamérica y El Caribe, acompañado de un incentivo económico de 3 millones de colones, a la película guatemalteca Nuestras madres, dirigida por César Díaz, “por abordar un tema complejo en el contexto centroamericano desde un lugar íntimo; y por su manera poética de desenterrar el pasado y poner en valor a los invisibilizados para invitar a la reivindicación de la identidad de los pueblos originarios en el contexto guatemalteco”.

La también cinta guatemalteca La Llorona, dirigida por Jayro Bustamante, recibió el Premio Especial del Jurado, “por cómo contextualiza un personaje mitológico latinoamericano, a través de un género poco desarrollado en la región centroamericana, para discursar sobre un punto de vista inusual acerca del genocidio y la necesidad de justicia en Guatemala. Por su preciosista propuesta formal y un gran trabajo fotográfico”.

El premio a Mejor largometraje costarricense, también acompañado de un incentivo económico de 3 millones de colones, fue concedido a la cinta Ceniza negra, dirigida por Sofía Quirós, “por la forma natural y fresca en el abordaje de los personajes, así como un profundo trabajo actoral; y por su puesta en escena mágica y las imágenes que transportan a la mística y la intimidad del Caribe costarricense”.

El jurado de la Competencia centroamericana y caribeña de largometraje también consideró sendas menciones de honor a los documentales Avanzaré tan despacio (que te parecerá que retrocedo) (Costa Rica), dirigido por Natalia Solórzano Vásquez; y Cachada (El Salvador), dirigido por Marlén Viñayo.

Según el jurado, Avanzaré tan despacio (que te parecerá que retrocedo) debe reonocerse “por su puesta en escena innovadora para la región centroamericana, su abordaje de la cotidianeidad que logra en los espectadores la misma asfixia y agobio de los personajes, y por su reflexión coherente en torno al momento histórico y el status quo”. Mientras, Cachada fue escogido “por la necesidad de seguir contanto las historias de los personajes más vulnerables de la sociedad, y por su capacidad de generar emociones que cautivan y que mueven hacia el mejoramiento del entorno donde vivimos. Por su mirada empática y respetuosa, y por su tenacidad para entender que, a través del arte, también se pueden transformar las vidas de las personas”.

Por su parte, el jurado de la Competencia nacional de cortometraje concedió el premio a Mejor cortometraje nacional, acompañado de un incentivo económico de 1 millón de colones, al documental Marea alta, dirigido por Michele Ferris, “por la riqueza de los personajes que retrata y su mirada generosa y cercana del paso de la niñez a la adolescencia”.  

El Premio Especial del Jurado en la categoría de cortos recayó sobre Lucía en el limbo, dirigido por Valentina Maurel, “por su excelencia en los campos técnicos y narrativos, la calidad de sus interpretaciones y la contundencia de su dirección”.

Asimismo, el jurado de la Competencia nacional de cortometraje acordó otorgar una mención de honor al diseño sonoro de Velada, de Javier Guerrero, “por sus aportes a la narrativa”; y otra mención de honor a la puesta en escena de la obra Alunizaje, de Melany Mora.

Ambas categorías competitivas del CRFIC, tanto de cortos como de largos, se pusieron a disposición del jurado de manera virtual, para que estos evaluaran las propuestas de forma remota. Debido a la cancelación del festival en su usual modalidad presencial, el jurado de las dos competiciones estuvo constituido enteramente por profesionales nacionales. En el caso de la Competencia nacional de cortometraje, las obras fueron evaluadas por la productora cinematográfica y profesora universitaria Laura Ávila Tacsan, el documentalista y fotógrafo José Pablo Porras Monge y el periodista y curador audiovisual Fernando Chaves Espinach. Por su parte, el jurado de la Competencia centroamericana y caribeña de largometraje estuvo conformado por el documentalista Juan Manuel Fernández Escoto, la cineasta Alexandra Latishev Salazar y el productor audiovisual Gustavo Sánchez Cubero. 

La octava edición del Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC), que iba a efectuarse el pasado mes de marzo en 16 sedes de todo el país, con la proyección de 77 películas y la participación de cerca de 120 personas invitadas, fue suspendida en cumplimiento de las medidas de salubridad giradas por el Ministerio de Salud y la Comisión Nacional de Emergencias de Costa Rica. El CRFIC es un programa del Centro Costarricense de Producción Cinematográfica (Centro de Cine) del Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ).