Por Alonso Aguilar
Estos productos comunicativos han sido escritos por profesionales costarricenses que han participado en el Laboratorio de crítica cinematográfica del CRFIC. Las opiniones aquí reflejadas son exclusivas de los críticos y no necesariamente representan la posición del festival.
El cine es el arte de los íconos. A pesar de su fundamental componente sonoro, las mociones, espacios y formas son las que dan la ilusión de retratar la realidad. La inequívoca hegemonía de lo que se ve en cámara, sin otras perspectivas a disposición, se convierte entonces en “lo verdadero”; cierto tipo de representación que con el paso del tiempo se entiende como “la historia oficial”. Con un fervor categórico, “I Do Not Care If We Go Down in History as Barbarians” (2018) se presenta como la antítesis a esta idea.
A diferencia del juego de espejos que la propaganda suele utilizar, con su estética documental y una cámara omnipresente, el filme exalta su artificio desde el primer segundo.
La escena inicial muestra a la actriz principal, Ioana Iacob, entrar al encuadre y romper la cuarta barrera. Rodeada por los rifles venerados en el altar de un museo militar, la intérprete explica el papel que llevará a cabo en la película, el de una directora de teatro llamada Mariana Marin, quien es designada para diseñar un espectáculo público que exalte la historia rumana. Como un claro paralelo del director del filme, la propuesta de Mariana de inmediato incomoda con su afán confrontativo.
Luego de apropiarse del género western como una estilizada denuncia a la persecución de gitanos en Aferim! (2015), y filtrar su drama de época Corazones cicatrizados (2016) como una delirante exposición del gen antisemita, el realizador Radu Jude vuelve a meter el dedo en la llaga del revisionismo histórico con esta farsa metatextual que, así como su protagonista, busca vislumbrar la limpieza étnica que efectuó el ejército rumano contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial.
Con una cita textual del general Ion Antonescu, líder de este genocidio, como título, la cinta de Jude expone de manera punzante los obstáculos que surgen cuando se sugiere tomar responsabilidad como sociedad. Extras xenófobos, burócratas negacionistas y un sentir generalizado de rechazo rodean el proceso detrás de la ambiciosa recreación que Mariana tiene en mente. Después de todo, como el mismo personaje expresa, el interés cultural solo existe cuando las representaciones son favorables.
Como narrativa, el largometraje fluctúa entre hilarantes viñetas de los accidentados ensayos y estimulantes diálogos donde, desde Hannah Arendt hasta Steven Spielberg, nadie queda exento de escrutinio. La fascinación del director con el proceso creativo y la intromisión de la vida privada evoca por momentos hitos del cine dentro del cine como La noche americana (1973), de Francois Truffaut, pero a diferencia del romanticismo usual de este tipo de trama, I Do Not Care If We Go Down in History as Barbarians no teme abanderar su naturaleza didáctica e intelectual.
Si bien centrada en torno a un contexto social específico, las ideas sobre relativismo histórico, “trivialización comparativa” (la tendencia de menospreciar atrocidades al compararlas con otras mayores) y olvido intencional de la culpa que señala la película reflejan colateralmente de dónde germina el auge de nacionalismos y extrema derecha que vive la geopolítica global actualmente.
Por si la analogía no fuera suficiente, el último acto amplifica su corrosivo cinismo al presentar en tiempo real, y con reacciones no simuladas, la portentosa obra de Mariana.
Titulada El nacimiento de una nación (clara alusión a la infame cinta pro Ku Klux Klan de 1915), la recreación desborda su furia a través de sus actuaciones caricaturescas, diseños sonoros envolventes e iconografía espeluznante en su crudeza.
Como si el espectador fuera parte de la misma masa que atestigua esto en Bucarest, Jude posiciona el lente justo en el ojo del huracán; donde la grabación digital hace que el fervor de las llamas que enmarca los discursos de odio parodiados y el escalofrío ante las ovaciones del público calen de manera visceral. Para este punto la línea divisoria entre la realidad como ficción y la ficción como realidad está totalmente difuminada.
En las reacciones casi tribales de la multitud se encuentra el resultado del diálogo entre pasado y presente que Mariana, y por extensión Radu Jude, buscaba proponer: mientras no se tema a la Historia, las barbaridades se perpetuarán y perpetuarán.
País: Rumania-Alemania-Bulgaria-Francia-República Checa
Año: 2018
Título original: I Do Not care If We Go Down in History as Barbarians
Dirección: Radu Jude